Adeptos

domingo, 13 de abril de 2014

Mitos: "¡Chcolate no, que me salen granitos!"

Estimados lectores en plena operación bikini/bañador: os advertimos de que las imágenes que contiene esta publicación pueden herir vuestra sensibilidad...o vuestro apetito. 



Uno de los grandes conocimientos mundanos de la humanidad es que a todos nos llega esa edad en la vida en que el chocolate se convierte en uno de los placeres prohibidos; ese momento en que nuestro metabolismo decide volverse tarumba y ya no lo procesa de la misma manera, por lo que este deleite se traduce en una preocupación por el granito o el michelín de después


Pues, amiguitas y amiguitos, si bien lo del michelín puede ser más o menos ciertos (todo depende de nuestro cuerpo y cómo procese grasas y azúcares), hoy venimos a desmentir el mito del granito.  


Ni el cacao ni la leche ni las maravillas mágicas y químicas que contiene la mezcla son los responsables de ese acné culpable post-atracón, no más culpables de lo que son el resto de vuestra alimentación. Todo lo que coméis tiene cierto efecto sobre vuestra piel (y cada piel es única y diferente, por supuesto), por lo que si os atiborráis de alimentos grasos veréis como la producción de sebo de vuestro cutis es mayor, porque por alguna parte tiene que salir.  
Si vuestra piel tiene tendencia acnéica, mala suerte, porque donde hay grasa y suciedad hay caldo de cultivo para que se produzcan los granitos malditos. 



Pero de nuevo, no es sólo la alimentación. Todo afecta a nuestra piel, desde la genética al estrés o la contaminación. El año pasado yo sufrí un caso bastante molesto de brotes súbitos de acné, lo consulté con la dermatóloga y me dijo que no tenía por qué preocuparme, que era algo hormonal y no se podía hacer nada al respecto, que ya se irían. Así de absurdo es nuestro cuerpo a veces. 

Pero, como ya he dicho, cada cuerpo es único y pejiguero a su propia manera, por lo que puede que seamos alérgicos al chocolate, como otras personas lo son a alimentos tan aparentemente sanos como el ajo o la lechuga. Si observamos que de verdad nuestra piel reacciona automáticamente a la ingestión de este alimento (y no hablo de un molesto granito en toda la frente, sino a todo un sarpullido por la cara enrojecido y cabreado), lo mejor que podemos hacer es acudir al médico para que nos hagan una prueba de alergias. 


Ahora ya no podéis escudaros en este mito para huir del chocolate. 
De nada. 


Ruth

1 comentario:

  1. Yo solo sé, que cuando como cosas con azucares, bollería, chocolates o cualquier cosa similar. Al día siguiente, SIEMPRE me salen granos.

    Eso está probabilismo.

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